domingo, 2 de junio de 2013

Capitulo 13


Valeria salió de la ducha sumida en sus pensamientos, aunque más relajada que cuando llegó a casa. Había vuelto a caer y todavía no entendía como había podido hacerlo. Mientras, su teléfono no paraba de sonar y siempre por el mismo motivo: Javier. Normal que la llamara después de haberse ido de su casa sin avisar y sin dar ninguna explicación. No tenía ganas de hablar con él, así que decidió apagarlo, pero cuando iba a hacerlo vio que tenía un whatsapp de Miriam, de la noche anterior. ¿Por qué no se había dado cuenta antes? En cuanto leyó el mensaje, la llamó sin pensárselo:

- ¿Que pasó anoche? -soltó Valeria en cuanto su amiga descolgó el teléfono.

- ¿Dónde te metiste tú?

- Yo he preguntado primer ¿No me digas que es un capullo?

- ¡Eso es quedarme corta! -contestó volviéndose a alterar por momentos- ¿Te puedes creer que el muy gilipollas se fue?

- Se fue ¿a dónde? Empieza por el principio. Cuando yo me fui os quedasteis muy, muy juntitos, Que yo os vi…

- ¡Yo que se donde se iría! Me acompañó a casa, lo invité a subir y no quiso ¡Se marchó! Ese es el resumen de mi noche ¿Y qué hiciste tú?

- Huir esta mañana de casa de Javi. Sin bragas, que todo hay que decirlo. ¡No me vuelvas a dejar beber tanto!

Una idea apareció en ese instante en la cabeza de Valeria.

- ¿Has desayunado?

- Aún no.

- Pues vístete, que te invito a desayunar y nos contamos todo mejor y de paso te propongo un plan. Te mando ahora un whatsapp con mi dirección.

- ¿Un plan? Valeria no estoy de humos, de verdad.

- ¿Crees que yo si? ¿No te gustaría poder desaparecer ahora mismo?

- ¿Desaparecer? Eso ha sonado bien… ¡Ahora mismo voy a tu casa!
 

Un rato después ambas muchachas estaban en sentadas en el salón de Valeria disfrutando de sus desayunos, mientras se ponían al día sobre lo ocurrido la noche anterior.

- A ver, tu primero: ¡Cuenta! -Dijo Valeria.

 - Creo que ya te he hecho el resumen por teléfono: Se marchó, y ahí quedó todo. Ni se ha molestado en llamarme. Según él, tenía que madrugar. ¡Y yo voy y me lo creo! ¿Tú lo ves normal?

- Pues teniendo en cuenta lo que bebimos, si. Lo que veo es que no se quiso aprovechar de que fueras borracha. Confiesa que estás así porque te gusta, sino todo esto te daría igual.

- Ains… Está bien, lo confieso: ¡Me gusta! Pero hasta aquí hemos llegado. Ha tenido su oportunidad y la ha desaprovechado. No volveré a verle. Está decidido.

- La capulla serás tú si lo dejas escapar por miedo a que te hagan daño. ¿Nunca te han dicho que quien no arriesga no gana?

 - ¿Arriesgar después de lo que pasó la última vez? No, gracias.

Ambas se quedaron unos minutos en silencio pensando en todo lo que había pasado. Valeria se preguntaba qué le habría pasado a su amiga para huir así de un hombre que le gustaba, aunque ella era la menos indicada para hablar. Era eso justamente lo que había hecho unas horas antes: salir huyendo de la casa del hombre que le seguía quitando el sueño. Mientras, en la cabeza de Miriam aparecían recuerdos del pasado que quería olvidar. Ni siquiera le gustaba hablar de ello. Estaba segura de que a su amiga le pasaba exactamente lo mismo.

- Sabes Val, creo que deberías escuchar tus propios consejos. ¿Que te pasó anoche?

- Cuando vi su sonrisa, recordé todo lo bueno que habíamos vivido juntos y no se que cable se me cruzó, que lo besé y cuando quise reaccionar ya era demasiado tarde, y esta mañana me he despertado en su casa. Si te digo la verdad, no se como llegué hasta allí ni lo que sucedió después, de lo borracha que iba. Aunque lo intuyo…

- A las dos nos ha marcado mucho el pasado y eso es difícil de olvidar, pero tú sigues enamorada de él.

- ¿Te cuento mi plan?

- Jajaja! Eso es: Cambiando de tema sutilmente. Pero que sepas que no te lo preguntaba ¡Lo afirmaba! Y si, anda, cuéntame el plan.

- Necesitamos desaparecer y olvidarnos de todo ¿no?

- ¡Si! ¿Has pensado algo en especial?

- ¿Tienes planes para Nochevieja?

- No había pensado nada. Este año no me apetecía mucho celebrarlo.

- ¿Te apetece que nos vayamos a pasar esos días a New York?

- ¡No lo dirás en serio! –Contestó una atónita Miriam.

- Nunca he hablado más en serio.

- Pues entonces, ¡NY allá vamos!

Dicho esto, Val encendió su portátil y se pusieron a mirar todo lo relativo al viaje: vuelos, fechas que les pudieran encajar, hoteles, sitios que visitar… Después de un rato de navegación por la red, consiguieron su propósito: ¡Ya tenían sus billetes de avión y el hotel reservado! Pero la felicidad les duró poco al oidor la alarma de un nuevo email. Era Javier.
- ¿No lo vas a leer?

- ¿Para qué? Si ya se lo que me va a decir…
- No soy quien para meterme en tu vida, pero creo que deberías leerlo. Quizás sea verdad que ha cambiado. Tú lo quieres. No lo puedes negar. ¡Se te nota a kilómetros de distancia! Y él también está enamorado, sino ayer no hubiera venido con el capullo.

Al escuchar aquellas palabras de la boca de su amiga, no pudo más que sonreír.
- Quizá tengas razón. Y después de la manera en la que me he ido hoy de su casa, lo menos que puedo hacer, es leer ese correo, así que allá voy. ¡Deséame suerte!

- ¡Suerte! Aunque estoy convencida de que no la necesitas.

De: Javi
Para: Val
Fecha: 18 de Diciembre de 2011
Asunto: Cobarde
Archivos Adjuntos: “Canción Cobarde – David Bustamante”

“Te echo de menos desde el momento en el que te has ido. ¿Por qué lo has hecho? Creo que me merezco una explicación. Y ya que no me coges el teléfono, por lo menos, espero que este email, sirva para que me escuches.

Pensé que lo que pasó anoche había servido para reconciliarnos y volver a darnos una oportunidad. Aunque si te soy sincero, tal cual era tu estado de alcoholismo, pensé en no acostarme contigo, por respeto. Porque te quiero. Pero es que cuando estás frente a mí, no puedo evitarlo: Soy feliz. Me encanta tu sonrisa de niña buena y tu mirada traviesa. Nunca he querido hacerte daño. Me desconciertas, Val. Y eso hace que te quiera más.

Hace un tiempo era un cobarde con mis sentimientos, pero eso ha cambiado. Te lo puedo asegurar. Dame una oportunidad. Necesito explicarte todo lo que pasó. Y después si me quieres dar una patada en el culo, me la das. Aunque preferiría que eso no pasara.

Te he adjuntado una canción que me define perfectamente. Escúchala.

Te echo de menos. TE QUIERO.

Javi

P.D. Tengo unas bragas que te pertenecen… ¿Cómo has sido capaz de irte sin ropa interior? Desde luego, no dejas de sorprenderme. Por eso te quiero tanto.” J


Mientras Valeria leía el email, Miriam no podía dejar de mirar como su amiga sonreía con cada palabra de ese chico. Lo quiere pero la muy tonta se ha cerrado en banda. Y por lo que él dice, la quiere también.

- Dale una oportunidad, Val. Creo que el muchacho se lo ha ganado. Queda con él y escúchalo. Después ya haz lo que quieras, pero escúchalo. Creo que se lo merece.

- ¿Pero cómo le explico por qué me fui corriendo de su casa?

- El por qué te fuiste así, sólo tú lo sabes. Pero si quieres recuperar tus bragas, y lo que es más importante, al hombre de tu vida, habla con él. –Le dijo Miriam guiñándole un ojo.

- Creo que tienes razón. Debería quedar con él, pero esta vez sólo para hablar. Pero después nuestras vacaciones. Necesito esos días para ordenar mi mente.

- Está bien. Como quieras. Pero antes de irnos a NY contéstale al email.

- Lo haré.
 

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